Parte segunda-El lirio
Conforme el oráculo fué creciendo,los que lo rodeaban se daban cuenta de su singularidad e intrigados por ésta insólita condición dentro de la familia,seguían sus movimientos con atención. Absortos vieron a mi abuela convertirse en un ser de lirio y de danza que caminaba por los portales. Era simplemente etérea y estaba por completo desprendida de lo mundano y de lo lógico. Paseaba por la casa de los macetones,con un albúm de fotos bajo el brazo,repleto de imágenes de galanes de moda del cine estadounidense,ella estaba lejos,muy lejos de su mundo de miseria,tan lejos,que se dió cuenta muy tarde que uno de sus tíos,harto de las chifladuras de la sobrina y de su levitación, había destruído el bromoso libraco. Mi abuela volvió a tocar el piso esa tarde,solo unas horas,las necesarias para cortar uno por uno los trajes del tío famoso,hasta que éste solo tuvo unos viejos pantalones para ponerse y hasta que él mismo la encontró entre el reguero de retazos y pudo detener la carnicería....