Tercer momento,la llamarada y el gato

Sólo el sol.
Pongo una mano ahuecada sobre mis ojos y observo el cielo.
Sólo hay brillantéz.
El sol lo es todo.
Bajo la cabeza y me siento girar.
Aprieto los párpados.
Me levanto despacio,tambaleándome, a tientas doy con la puerta de los lavabos.
Todo mi cuerpo me empuja hacia el agua.
Pongo la cabeza bajo el chorro borboteante de ese paraíso líquido y puedo respirar al fin.
Siento que salgo de la inconciencia.
Me miro al espejo y mi cara demudada me sonríe.
Todo el cabello húmedo la rodea.
Me enderezo,trato de componerme.
Estoy en eso,cuando una silueta pasa detrás de mí.
Es una chica del cole.
Toda una llamarada de luz y de fuego.
Su cabello como el fuego,rojo.
Nos dedicamos una sonrisa mona.
Se arregla el peinado y los jeans,ajustando su tanga para que todos puedan darle una ojeada.
Me cae bien instantáneamente.
-no tengo agua,un compa de mi grupo se llevó el garrafón,tú vas en pintura,¿no?ella y yo vamos en dibujo-me dice señalando a la chica que la acompaña.Es una lolita que enloquecería a Nabokov y a Carroll,fan de los grupillos neoyorkinos y de las playeras de Kitty.Tiene hoyuelos en las mejillas rosas.
-el grupo ya tiene mucho tiempo que se adelantó,¿nos vamos juntas?
-si-digo olvidando el sol total.
Caminamos y charlamos.
La calzada de los muertos parece infinita.
Caminamos más.
Se nos acaba la charla y solo tenemos calor,sed y cansancio.
Caminamos eternamente.
Se supone que deberíamos sacar apuntes de lo que pasa por nuestra vista,pero a esas alturas no recordamos ni nuestros nombres,mucho menos dónde quedaron nuestros blocks.
Caminamos hasta llegar al montículo que se alza frente a la pirámide de la luna y ahí nos desplomamos.
La chica del cabello como llama,recuesta su cabeza en mi estómago.
La chica lolita se tiende junto a mi pierna.
No sé cuanto tiempo transcurre.
Al final, se oye el disparo de un flash.
Las tres nos incorporámos.
A los pies de nuestro catafalco,un grupo de visitantes japoneses nos saca fotos y se ríe abiertamente.
Comienzo a hacerles señas para que se detengan,hasta que se me doy por vencida y poso con 2 de los orientales fingiendo una sonrisa.
-cat-dice quién nos fotografía.-you smile like a cat...very nice
Mis colegas y yo nos desternillamos de la risa mientras les decimos adiós.
-miau miau-dice la chica llamarada lamiéndome la mejilla.
Nos vamos y nuestro trío singular se disuelve de forma misteriosa.
Un día en clase de dibujo,aparece su silueta mínima,su cabello enardecido.trae una canastita con galletas.nos las comemos en el patio,mientras anochece.
Ella tiene un magneto en su interior.
Es toda llamarada y toda luz
Pero no lo sabe.
Y corre buscando la casita perfecta y el esposo perfecto.
Y no le dá importancia.
No se dá importancia.
Y nunca explotará.
Y es una lástima.
Sería un espectáculo tan hermoso.

Comentarios

Patricia Fernández Miranda ha dicho que…
¡Excelente!, no digo mas ¿acaso es necesario decir mas?.
Un abrazo.

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