Yo,el gato

Los gatos también meditan,¿sabían eso?
Los gatos pueden sentarse en flor de loto frente a un altarcito inventado y permanecer inmóviles,pendientes de su respiración.

Nuestro gato héroe,no lo hacía antes.
Era un gato material y la idea de acallar sus pensamientos felinos lo estresaba,sentía que encontraría algo allá dentro,algo oscuro,que lo espantaría.
Por eso vivía hacia afuera y todas las posturas de yoga eran inútiles.
Solo lo volvieron un gato estético.

Estos fueron tiempos importantes para él.

Todo comenzó el año nuevo pasado.

No podía dormir bien días antes de las fiestas.Despertaba en la madrugada sudando,con el cuerpecillo ardiendo bajo todos esos pelillos gatunos.
Comenzó a hacerse preguntas,preguntas universales y tremendas que lo atormentaban,porque no encontraba respuestas coherentes.
Era un gato sin Dios.
Y un gato sin Dios es un gato extraviado en el mundo inmenso.
Se sentía huérfano y tenía miedo,porque solo Dios le podía contestar y el gato no tenía su número de extensión.
Tenía que conseguir el celular de Dios.
Y básicamente eso fué lo que estuvo haciendo este año.

Pero él no quería al Dios convencional,no quería a un Dios que viviera en la iglesia o que cantara en un templo,quería a su propio Dios.
Un Dios gatuno,amoroso,creador y brillante.
Y comenzó a buscar.
Nunca le había tocado hacer nada tan difícil en la vida.
Sin embargo todas las piezas se acomodaban siempre y encontraba a otros gatos menos confundidos que se convirtieron en sus guías al avanzar la historia.

Fueron tiempos difíciles,el gato se deprimió,se hizo bolita en la cama.Deseaba despertar sabiendo todas la respuestas.
Leía mucho y eso lo confundía más.
Se alejó de sus amigos gatos y trabajaba como un autómata.
Era como vivir en el limbo y nuestro gato sentía que nunca podría salir de él.

Y entonces amaneció un día y el gato,que también es maestro,dió una clase sobre el Renacimiento.
Al terminar,una de sus alumnas le mostró un librito morado.
Era un librito mágico,con las primeras respuestas.

Y se hizo la luz.
El sol volvió a brillar y era más cálido y delicioso.

Poco a poco el gato volvió a ser el gato.
Y mientras más se soltaba a la vida,más sentía que se acercaba a Dios.

Descubrió que en silencio Dios le podía hablar con más facilidad,así que decidió enfrentar su miedo a sí mismo y se sentó en flor de loto,calladito.
Se sorprendió al no encontrar nada malo.
Se sorprendió al ver su interior imperfecto,pero hermoso,vivo,moldeable.
Como una planta o una flor.

El gato sigue aprendiendo,cada día,un poquito más.
Pero lo toma con calma,no se adelanta a los hechos.
Observa y goza los cambios en él y en su microcosmos.

Siente la paz y la luz dentro de su pecho gatuno y desea contagiarlas a todos.
2012 sí fué el fin del mundo para el gato.
Se despidió de su antiguo yo material y ególatra.
2012 también es el año de su renacimiento como un mejor felino.

Gracias a Dios.
:)






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