El gato en llamas

Me acuesto en el pasto.
Ellos dijeron que volverían pronto.
Aquí se está muy bien,pienso mirando las estrellas,puntitos blancos luminosos.
El aire es fresco y todo me lleva al trópico,la hamaca entre los dos árboles a mi derecha,los pajarracos de cantos selváticos escondidos en la espesura,el clima caliente,el olor a fruta.
Siento la frescura de la hierba en mis piernas.
Me levanto un poco y miro a un lado.
Al otro.
No hay moros en la costa.
Subo los brazos y me saco de encima el vestido blanco.
Me tiendo otra vez en el pasto,desnuda.
Todo es verde.
Todo es como de menta.
Como de agua.
Cierro los ojos.
Casi me duermo.
Hay como un murmullo,es el aire alborotado.
Como una nana "Drume negrita".
Una y otra vez,un arrullo delicioso.
Me dejo llevar por mi trópico inventado.

Y de pronto algo me despierta.

¿Hace cuánto fué eso?
¿Meses,semanas?
Estoy sentada frente a la computadora,un café a un lado,un legajo de hojas escritas por el japonés,al otro.

Siento mi energía dispersa,siento que estoy buscando algo sin descanso.
Todos los días me despierto con el único objetivo de llegar a eso.
No tengo idea de qué se trata.
Sólo voy hacia adelante.
Husmeando.
Extraño un poco los días en que me echaba al sol en la cama de mamá,leyendo,sin sentir el fuego dentro,sin sentir el agobiante deseo,la sed infinita.
Una batería se encendió en mi centro y para regularla necesito encontrar "eso".

Me desespera seguir los ritmos de los demás,voy rápido,tengo que bajar la velocidad.
Tengo que frenar,recordar quién era antes del incendio interno.
Matorrales ardiendo en mi pecho.

Tomo una respiración profunda.

Pero el fuego es tan intenso y tan hermoso.
Que sólo puedo dejarme consumir.
Quiero ir hacia tí.
Quiero correr hacia tí.
Mis brazos como juncos envolviéndote.
Aunque no sepa quién eres.
Eres tú.
Tú.
Yo.
¿Por qué vas despacio y yo voy tan deprisa?
¿No te das cuenta?
De ese modo nunca nos toparemos.