Cuetzalan
Llegamos a las 4 de la madrugada,después de un viaje eterno por caminos sinuosos y curvas de la muerte que subían y bajaban la montaña. Habíamos escuchado cientos de canciones en inglés en el ipod compartido,mientras el camión se iba vaciando y nos quedábamos solos con el conductor. Era nuestro primer viaje juntos. Y ahí estábamos,dos casi desconocidos agazapados en la oscuridad de nuestros asientos,observando la noche vertiginosa.Ésta,solo era una mancha con fragmentos de árboles y desfiladeros tremendos. Quitaba el aliento. Encontramos un lugar distinto al de las fotos. Un lugar dormido y quieto. Nos recibió el frío mortal del alba,una calle en bajada eterna y el olor a tierra húmeda. Era un pueblo fantasma,un pueblo sacado de un cuento de Rulfo,ni un alma en las calles excepto nosotros,caminando sobre las piedras negras,cargando cada quién su mochila de trotamundos. Caminamos y caminamos,hasta llegar a la iglesia principal, construida al borde del despeñadero. P...